20060815

MIRADORES DE SAN CRISTOBAL

Avizorar con curiosidad y con deleite la inmensidad del horizonte ha estado siempre presente en la actitud del ser humano. Noé, después de cuarenta días y cuarenta noches de diluvio, envió palomas mensajeras para verificar la proximidad de vegetación. Rodrigo de Triana, avistó la tan buscada costa de las Indias desde lo alto del mástil, para generar el grito descubridor de “¡Tierra!”. Napoleón era famoso por utilizar sus catalejos en las extensiones del campo de batalla, para la composición estratégica de la guerra.

Muchas ciudades famosas tienen miradores espectaculares, desde donde se divisa la topografía de la urbe y sus alrededores. Puedo citar la magnifica impresión que me ha dejado algunos de ellos. Nueva York es célebre por su Empire State y su Estatua de La Libertad, desde donde se aprecia la Isla de Manhattan con sus imponentes rascacielos. Desde la composición molecular del Atomium, llevado a una escala millonaria de su tamaño natural, se observa una panorámica hermosa de Bruselas. Al llegar internamente a los ojos del gigantesco Buda Kamakura, se disfruta de la planicie de esta linda ciudad japonesa. Hay tres sitios emblemáticos en París, a los cuales no puede dejar de visitar el turista, si quiere apreciar la espectacularidad de la ciudad luz: cualquiera de los tres niveles de la Torre Eiffel, la terraza del Arco de Triunfo, y las escalinatas del Sacré Coeur en Montmartre. Entre las dos torres del London Bridge, al recorrer el pasadizo central, donde se cuenta en fotografía la construcción de este puente símbolo de la ciudad inglesa, se nota el curso y las márgenes del Támesis, llegándose a observar hasta la cúpula de la catedral de San Pablo. Después de subir en funicular, en zigzag, y desde la cima de la montaña Victoria, permanece aún en mi memoria una panorámica de las más hermosas que han visto mis ojos, como lo es la de la ciudad de Hong Kong, con sus edificios de modernísima arquitectura, que se retratan con destellos en la bahía de la Isla Victoria. Culmino con el recorrido visual que regocija la mirada desde la Cúpula de la Basílica de san Pedro, con la ciudad de El Vaticano a los pies.

Me permito, respetuosamente, proponerle a la Ilustre Cámara del Municipio San Cristóbal y a Cotatur que se acuerde la construcción de cuatro miradores para San Cristóbal, donde la obra central sea la imponente y gigantesca figura de San Cristóbal. En un hombro de la magnífica estatua estaría, como lo señala la tradición, la figura el niño Dios, con el mundo en sus manos, y en el otro hombro una pequeña terraza con binoculares para apreciar la vista de la ciudad. Esto estaría rodeado de un muy completo módulo de servicios, con restaurante, información turística, centro de atención de primeros auxilios, área de campamento, estación de gasolina, mini mercado y centro de comunicaciones. Estos miradores estarían ubicados en la Alcabala de El Mirador, en la Loma del Viento, en El Topón y en Toico. Con motivo del Día de la Ciudad, 31 de marzo, se abriría un concurso entre los arquitectos y escultores de San Cristóbal, en el cual también participaría la carrera de Arquitectura de la UNET. Es una propuesta que hago como sancristobalense, y como viajero que ha visto la proyección turística que un monumento, como el de esta naturaleza, puede darle a una ciudad. San Cristóbal lo merece.