20060823

FRANKFURT

En realidad pude disfrutar poco de esta modernísima ciudad alemana. La depresión se había adueñado totalmente de mí. Llegaba a Frankfurt, en tren, procedente de Viena el 06 de Septiembre de 2001, luego de 6 horas de viaje. Al llegar noté que había dejado en el andén de la estación ferroviaria, en Austria, mi morral que contenía mi diario escrito de viajero y 17 cintas de video con la filmación de todo el recorrido por Europa. Al cerrar el periplo en Frankfurt, pensaba cómo no había quedado evidencia alguna de todas las cosas que había conocido y disfrutado en casi dos meses, salvo lo que mi memoria trajera de nuevo. Pero a los 15 días siguientes a mi regreso, recibí en mi casa de San Cristóbal una llamada del Secretario de nuestra Embajada en Austria. Era para notificarme que mis objetos personales, entre ellos mi tesoro escrito y fílmico del viaje, lo había encontrado la policía en la estación, y lo había remitido a la delegación de nuestro país. La embajada lo colocó en mi casa a los 5 días. Pensé en ese momento: ¿Cuándo será igual en Venezuela?

En medio de la tribulación, pude reafirmar que Frankfurt es la ciudad más internacional de Alemania. Más de 600 mil habitantes viven en 250 Km2. Es tan cosmopolita que algunos la llaman “Manhattan”. Es un gran centro económico y de transportes. Su downtown, denominado Innenstaddt, está lleno de preciosos rascacielos, que concurren con antiguas edificaciones. Una avenida central es la Berliner Str. Pero cerca, en Grosser Hirchgraben, se encuentra la Casa Museo del escritor y poeta Goethe. Lamentablemente estaba cerrada al momento. En la zona Romer se ubican el Kaiserdom. El Dommuseum, el Hall de Exhibiciones, todos ellos con hermosos diseños arquitectónicos. En estos modernos rascacielos se concentran las instituciones financieras y bancarias más importantes de la Unión Europea. El Euro se maneja desde esta ciudad.

En la pérdida del maletín se habían quedado los boletos de un crucero previsto por el río Rin. Lo adquirimos de nuevo en la Gray Line Daily Tours. El autobús tarda una hora entre Frankfurt y el puerto sobre la localidad de Rudesheim. Es uno de los cruceros más espectaculares que se pueden tomar por este río, que va desde Basilea hasta su delta en el Mar del Norte. Rudesheim es una región típicamente vinícola de esta comarca. Posee calles muy estrechas. Una oración hicimos en la Iglesia St Jacobus. Se aborda el barco y comienza un recorrido que muestra unos paisajes extraordinarios. Una serie de montañas de viñedos y castillos medievales, algunos destruidos, otros reconstruidos en hoteles, se aprecian en ambas márgenes. Desde Rudesheim se va pasando en ondulaciones por los pueblos de Mauseturm, Nieiderwalddenkmal, Assmannshausen, Reikhenstein, Burg-Bacharach, Ruine Nollig Kaub, Burg Gutenfels, Schonburg, Loreley, Oberwesel, para finalmente arribar la travesía a St Goar y St Goar hausen. En el valle de Loreley, en bodegones típicos, dentro unas grutas en medio de los peñascos, se degustan los más variados tipos de vinos. Quizá, algún día, vuelva a recorrer estos valles germánicos, que reconfortan de cualquier sinsabor, como el que me acompañó en aquella ocasión.