20060829

EL TRANVÍA

Se acaba de hacer público el contenido de un proyecto de tranvía para San Cristóbal. Está contenido en una tesis de pregrado de la carrera de Ingeniería Mecánica de la UNET. Este proyecto nos parece magnífico y muy justificado, ante el caos vial que actualmente corre por la ciudad.

Este estudio me recuerda dos tranvías que conozco. El primero es el de la ciudad de Viena, Austria. Fui su usuario el miércoles 5 de Septiembre de 2001. Había conocido el Cementerio Central de Viena o Zentralfriedhof. Luego de apreciar los monumentos alegóricos y tumbas de Beethoven, Mozart, Schubert, Brahms y Strauss, entre otros, y al salir del camposanto, frente a su entrada principal, tomé el tranvía Nº 71. Desde aquí hicimos un largo recorrido por la Avenida Simmeringer Hauptstrasse, para culminar en la parada de la Opera de Viena, en pleno downtown. Me llamó la atención que no había sistema recolector de tickets o pago de transporte, pues hasta el conductor está encerrado en una cabina de vidrio. Resulta que el tranvía es gratuito, para cualquier edad y ruta.

El otro tranvía, al cual quiero referirme con mayor detalle, es el de la ciudad de Zurich, Suiza. Lo conocí los días 10 y 11 de Agosto del mismo año. Y la referencia se me hace imprescindible, por dos características similares que comparten Zurich y San Cristóbal. Son su población y su topografía. La urbe helvética es la más poblada del país, con 422.700 habitantes. Es el principal centro comercial y financiero de Suiza, donde tienen asiento numerosas empresas aseguradoras y bancos. Zurich, calificada varias veces como la ciudad de mayor calidad de vida en el mundo entero, está rodeada de bosques, colinas y lomas, y vive abrazada a su hermoso lago homónimo. El río Limmat parte en dos mitades la antigua villa medieval. Es una ciudad de multiplicidad de escenarios, con románticas callejuelas en esa parte antigua, que son peatonales en su casco histórico, llamado el Niederdorf. Allí se concentran la iglesia Zurich-Altstetten, dominada por una elegante y alta torre, la Iglesia de los Santos Félix y Régula, de moderno diseño, la Catedral románica y Palacio Municipal del siglo XII y el Lindenhof, un antiguo bastión. Rematan en el horizonte los imponentes Alpes Suizos.

Al estar alojado en el Hotel Coronado, al lado del campus Irchel Park, de la Universidad de Zurich, pude notar cómo desde esta alta colina, el tranvía de color azul y blanco, llamado VBZ Cobra Tram, hace un recorrido muy empinado para bajar por toda la calle Schaffhauserstrasse, para llegar al centro histórico, lo mismo que el trayecto de vuelta. Es una topografía similar a la que va de Este a Oeste y viceversa, en San Cristóbal, desde Pirineos, Barrio Sucre y Barrio Libertador, hasta Puente Real y la Marginal del Torbes. El medio de transporte ideal para los 400 mil habitantes es el tranvía. Es rápido, limpio, silencioso y tiene calefacción en los asientos, durante el invierno. De pronto, el tranvía, al dejar las elevadas calles, hace un zigzag donde la vía pierde su alineamiento y donde se ensancha en una suerte de plaza. Una ruta final de tranvía es la famosa calle Banhoffstrasse, una de las arterias comerciales más importantes del orbe. Es una calle semipedestre, porque sólo los tranvías se deslizan silenciosamente, por los rieles que la surcan, donde se suceden con sus hermosas vitrinas, las tiendas, joyerías y boutiques más caras del planeta