20060916

Brujas

Isaac Villamizar


Brujas es una de las ciudades más románticas de Europa. Sus pequeños puentes, sus canales y sus cisnes, entre otros elementos, la hacen ciudad encantadora. Como tesoro escondido que se va descubriendo, las carretas calesas y barquitas que recorren los lugares más pintorescos de Brujas, nos recuerdan un cuento prodigioso que comienza por: “Erase una vez...” En mí permanecerá como una hermosa estampa la visita que hiciera a Brujas el miércoles 22 de Agosto de 2001. Desde Bruselas, la capital de Bélgica, se puede tomar un autocar, que en hora y media hace el traslado a este rincón de hermosos encantos.

En las riberas del Zwin nació como pequeña colonia, entre los siglos VII y IX. Los primeros habitantes que buscaron refugio en el lugar lo llamaron “Briggia”. Alrededor de esta plaza-fuerte, denominada “Brug”, construida por los Condes de Flandes, se desarrolló una ciudad que, gracias a su enlace con el mar, se convirtió en emporio comercial. Su importancia hizo que dichos Condes residieran en ella y acuñaran su propia moneda. En la Edad Media Brujas adquirió un carácter residencial, con un brillo grandioso, por la presencia de los Duques de Borgoña. Ello la convirtió en una ciudad fastuosa y en centro artístico europeo. A partir del siglo XIV tuvo el auge del hierro forjado, de la tapicería y del bordado. Brujas internacionalmente es conocida por su producción y comercio de encajes. Nacida del mar, Brujas recibió de éste la prosperidad social que requería para la conservación de su inestimable patrimonio. La presencia del agua en todas partes hace de este rincón de Bélgica una postal inolvidable.

La ciudad tenía siete puentes de entrada, que en la actualidad quedaron reducidos a cuatro. Sus canales fueron hechos por Luis XIV. El paso vehicular está restringido en sus calles centrales, por lo que es necesario visitarla a pié. El centro de Brujas – literalmente hablando – lo conforman el Ayuntamiento y la Plaza Mayor. El campanario de la municipalidad y su plaza cubierta fueron construidos hacia 1240. Servía de sala de reunión para los magistrados de la ciudad. Su torre de piedra, símbolo característico, data del año 1300. A su pie se encuentra un balcón, desde el cual las autoridades anunciaban las leyes y prescripciones de los mercados, entre los siglos XIV y XVIII. Encima de este balcón se encuentra la estatua de Nuestra Señora, Notre Dame, que, al igual que las otras 600 estatuas de la virgen, diseminadas por todas las calles del poblado, son verdaderas piezas de arte. La Plaza Mayor es una de las más hermosas que han visto mis ojos. Es un verdadero éxtasis contemplarla, rodeada de diferentes casas con fachadas muy coloridas, en forma de escalera. Su parte oriental está ocupada por los hermosos edificios del Gobierno Provincial y de la Oficina de Correos, ambos de estilo gótico. En esta plaza, la más importante, se echaron las bases de la vida económica, política y social de Brujas. Los caballeros defendían en ella sus títulos de nobleza, los pescadores levantaban sus puestos de venta, allí se discutía sobre la industria textil y el pueblo luchaba por su libertad. En esta plaza se veían la horca y la guillotina. Hoy, una magnífica fuente y una estatua de piedra y bronce del carnicero y tejedor de la ciudad, fervientes combatientes independentistas, destacan en su medio. Estuve más de media hora girando mi vista alrededor de la plaza. Al recorrer en barca los canales de Brujas, que se denominan “los canales del amor”, se aprecian las construcciones medievales aún mantenidas, con balcones de madera y preciosas jardineras. Los puentes viejos de piedra y las cuatro puertas con las murallas que dan acceso a la ciudad, nos transportan a épocas lejanas.

Numerosos objetos de bellas artes conforman el rico y variado patrimonio artístico de Brujas. Destaco dos obras que me impresionaron, ambas en la iglesia de Nuestra Señora, levantada en el siglo IX. La primera, la imagen de la Virgen y el Niño, esculpida en mármol de Carrara por Miguel Angel, una de las creaciones más raras de este artista, que se encuentra fuera de Italia. La segunda, el espectacular púlpito de roble, esculpido en 1743, con diversas figuras barrocas.

Brujas es un hechizo de arte, de arquitectura y de paisaje.